Hoy, se quitará la camisa salmón de duque y los zapatos corinto de pisar césped y nos iremos con él, Serafín Quero, Sánchez Cantos, José A. y yo.
Atravesaremos la Vega de Antequera y llegaremos a Rute que duerme en los olivos, para la visita iniciática a los burros de Pascual Rovira. Bautizaremos tres borrachos y rendiremos culto, como cada verano, a los escritores andariegos. No vamos en mula como Santa Teresa, sino en el Mercedes de Cantos que siempre se equivoca de camino aunque Camilo lo advierte. Atravesar con Cela las colinas de Benamejí, cerca de Jauja donde nació el Tempranillo, es una magnificencia que no se puede permitir ni el rey de Arabia. Se sabe de memoria la letra y la música de los clásicos como otros se saben las coplas. De pronto nos recita a Garcilaso (¿hasta que aquella eterna noche oscura / me cierren aquestos ojos que te vieron ?).